El jamón ibérico sabe mucho mejor y de manera más intensa si se encuentra y se come en una temperatura ambiente, alrededor de los 21ºC y los 24ºC. El sabor untuoso característico y la textura que casi se deshace en el paladar al masticarlo se producen siempre y cuando el jamón no esté a una temperatura baja.
En cuanto a la ración recomendada de consumo de jamón ibérico, en sustitución de otros alimentos de origen cárnico, estaría enmarcada entre los 90 y los 120 gramos. Siempre y cuando la economía lo permite, pues es un producto con un precio elevado, este embutido podría consumirse de dos a tres veces por semana, consiguiendo así sustituir a otras carnes con contenido graso de peor calidad.
Para degustarlo de la mejor manera posible, se debe tomar solo o acompañado de un poco de pan. En el vaso, un vino tinto o un vino blanco son los mejores compañeros para este manjar. El fino y la manzanilla realzan mucho su sabor.
Algunas recetas con jamón ibérico
El jamón ibérico marida con prácticamente casi todo y las recetas donde podemos encontrar este ingrediente en un lugar privilegiado son muchas, variadas y todas para chuparse los dedos. Algunos ejemplos de estas recetas son:
- Tostada de pan con tomate, ajo y jamón ibérico.
- Revuelto de gambas, trigueros y jamón ibérico.
- Cesta de hojaldre con setas e ibérico.
- Ensalada de rúcula, aguacate, tomate y virutas de jamón ibérico.
- Alcachofas, cardo o menestra con jamón ibérico.
- Croquetas de ibérico.
- Pincho de jamón ibérico, queso curado y huevo de codorniz.
- Melón con jamón ibérico.
- Gazpacho con trocitos de jamón ibérico.
- Huevos rotos con jamón ibérico.
- Endibias con ibérico y queso.
- Puré de calabacín con ibérico tostado.
Escrito por Arantza Ruiz de las Heras, Dietista-Nutricionista, Complejo hospitalario de Navarra