No hay que asustarse, NO está malo, ni es sal acumulada. En realidad, estos puntos blancos son cristalizaciones de tirosina, es decir, un aminoácido presente en las proteínas.
Delicatessen Serie Oro
¿Qué son los puntitos blancos del jamón?
Los puntitos blancos que aparecen en el jamón son cristalizaciones de aminoácido tirosina, la formación de estos cristales tiene lugar durante el proceso de maduración del jamón ibérico.
Existen los aminoácidos clasificados como esenciales, que son aquellos que se producen gracias a una buena dieta, y aminoácidos no esenciales, que son aquellos que se producen gracias al funcionamiento de nuestro organismo. En concreto, este aminoácido se clasifica entre los no esenciales ya que su estructura viene dada a partir de la hidroxilación de fenilalanina, componente de algunas proteínas. ¿Por qué aparecen?
Cuando el jamón pierde agua, la tirosina se reagrupa y forma los cristales blancos tan famosos del jamón ibérico.
Aunque esta reacción tiene origen en las proteínas y su composición, también está incentivada por otros factores externos. Como la alimentación que ha llevado el cerdo constituye una pieza fundamental, bellotas, pastos en la dehesa, básicamente, esto es un indicio de que el cerdo ha estado muy bien alimentado y que ha seguido una dieta sana y equilibrada.
60 semanas de curación
¿Está bueno el jamón si tiene estos puntitos blancos?
Claro que sí, el jamón sí que está bueno cuando tiene estos puntitos blancos, realmente esta exquisito. Es habitual por desconocimiento, pensar que estos puntitos blancos pueden ser una señal de que le pasa algo a la pieza, pero la realidad es totalmente contraria. Estos cristalitos son un símbolo de que el jamón es de la más alta calidad y que el proceso de curación del jamón se ha hecho de manera correcta: con mimo, tiempo y dedicación. Y eso los convierte en una joya gastronómica, delicatesen y gourmet.
Joya gastronómica
PD.
En conclusión, la aparición de estos cristalitos en el jamón no es en absoluto motivo de preocupación. Es más, su aparición es un indicio de que el proceso de curación y maduración del jamón se ha realizado lentamente y con cariño. ¡Es una pieza exquisita!
Después de pedir una buena carne en algunos restaurantes o en casa, nos preguntan cómo queremos su punto de cocción. Los que más ganas de pedir carne tienen, suelen pedirla al punto (poco hecha), cuanto más cruda por dentro se encuentre, mejor.
El color rojo de los pedazos de carne y el líquido del mismo color que expulsa hace pensar que se trata de la sangre del animal. Sin embargo, esto no es así.
En el momento en el que se sacrifica al animal que va a ser procesado se retira toda la sangre que contiene. Este proceso tiene lugar tanto en las aves como en los mamíferos y, si el líquido fuera sangre, deberíamos encontrarlo en ambos tipos de carne.
El color rojo que tiñe el jugo de la carne procede de una proteína que se llama “mioglobina”. Y no es sangre.
Se trata de una molécula que aporta oxígeno al tejido muscular de los animales. Es decir, realiza una función similar a la de la hemoglobina en la sangre. Ambas moléculas contienen hierro como uno de los principales elementos que la forman y ese es, precisamente, el responsable de la tonalidad rojiza de ese líquido. Los animales mamíferos poseen una gran concentración de esta sustancia en sus músculos y es por eso por lo que su carne se denomina como “roja”.
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La vivacidad de este color rojo se puede ir perdiendo según se prolonga la exposición del alimento al ambiente. En concreto, la carne pasa de una tonalidad rojiza a una grisácea cuando interactúa con el oxígeno. De todas formas, en los comercios encontramos expuestas carnes brillantes y rojas que pasan buena parte del día en contacto con la atmósfera. Esto se debe a que los comerciantes la tratan antes con dióxido de carbono y, de esta manera, el color de la carne roja sigue siendo el rojo.
Varios consejos de como conservar el jamón serrano ó ibérico, en verano.
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Evite dejar el jamón cerca de un foco emisor de calor o de la luz directa, como fuegos o vitrocerámica. Lo mejor es dejarlo en la despensa (si la tienes), ya que suele ser un lugar fresco.
Corte a diario algunas lonchas por toda la superficie, así evitaras que se seque y se oxide.
Cuando cortes o empieces el jamón, reserva la grasa para cubrir el corte del jamón. Eso ayudará a que aguante fresco mas tiempo, cubra el corte con un trapo de tela.
Cortar jamón para consumirlo en el momento, no lo reserve en el plato o en la nevera, si el jamón entero es mas delicado en verano, imagínate una fina loncha.
En verano y en invierno. puedes pedir deshuesar el jamón, y envasarlo al vacío es una gran idea. Mantiene bien las propiedades y lo puedes sacar cuando quieras, sácalo de la nevera unos minutos antes.
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En nuestra fábrica y tiendas, puedes encontrar todas las variedades de jamón ibérico y jamón serrano.
Ahora que ya sabes cómo conservar el jamón en verano, visita la web o llámanos, Además puedes solicitar que te lo enviemos en mazas, tacos o cortado entero a cuchillo, tambien fileteado a máquina. Siempre a tu gusto envasado al vacío en paquetes individuales para mejor conservación.
Época complicada y dura para celebrar estas navidades 2020, en compañía de familiares y amigos. Pero todo pasará y tenemos que llevarlo con la mayor responsabilidad. Recordamos a los que nos están con añoranza y 2021 seguro que será mejor , o por lo menos eso lo deseamos todos. Hora de comenzar con los nuevos propósitos, pero también de comidas y cenas intensas en las que poder conversar.
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Productos navideños indispensables en nuestras mesas
En estas fechas se consumen productos intocables durante el resto del año. A continuación te recomendamos alguno de los productos que no pueden faltar en tu mesa estas fiestas navideñas para que vayas haciendo la lista de la compra.
Mariscos
Los Reyes de las Navidades, no hay mesa donde no se sirvan, de hecho es el producto en el que más dinero gastamos los españoles cada Navidad. La gamba es el más sabroso de los crustáceos, junto a los langostinos, el marisco más popular. La gamba roja del Mediterráneo es muy valorada así que cabe ser previsores. Evitar las compras de última hora te ayudará a controlar el gasto estas Navidades.
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Jamón Ibérico y embutidos
Un buen plato de jamón ibérico de bellota, embutidos ibéricos es garantía de éxito, prueba de ello es que son imprescindibles en los lotes de Navidad. Puedes escoger entre varias opciones en función de tu presupuesto. Los productos loncheados son más económicos mientras que también puedes optar por piezas enteras. Una Navidad sin jamón no es Navidad. Haz tu pedido, te lo preparamos a tú gusto, loncheados si prefieres en bandejas al vacío. Llamanos y te ayudaremos y asesoraremos segun tu presupuesto.
El producto en el que más gastamos los españoles tras el marisco. No es de extrañar ya que entre los dulces navideños existen tantas variedades como uno pueda imaginar. Los más clásicos son los turrones, polvorones , que podrás adquirir con diferentes sabores especialmente en el caso del turrón. Otros dulces que no son muy caros y no pueden faltar en tu mesa son los bombones, coquitos o galletas que tanto gustan a los más golosos de la familia.
Cava para brindar
¿Quién no ha pronunciado el típico discurso en familia copa en mano? La Navidad es un momento especial donde acostumbramos a brindar todo lo bueno que nos ha pasado o lo que está por venir. Por ello no puede faltar una buena botella de cava o champagne en tu nevera, así como sidra o cava sin alcohol pensando en los más pequeños. Chin, chin.
La bellota de la que se alimenta el auténtico cerdo ibérico 100 % es de encina y no de alcornoque, contiene energía en forma de grasa insaturada (la buena), de ella 60 % de las grasas de la bellota es ácido oleico, Omega 9.
Fabrica embutidos HR
El jamón ibérico de bellota es un producto que contiene grasas de las buenas, de las saludables, las insaturadas (las que ayudan a bajar el colesterol). Por cada 100 gramos, apenas cuenta con 14 gramos de grasa; 28 gramos son de proteína; 57 gramos de agua, mucho sodio, nada de azúcar ni hidratos de carbono, y hasta 510 mg de potasio… un producto mucho más saludable de lo que pensamos. Te vamos a desvelar las dudas del debate sobre quitar la grasa que se ve. Y la respuesta es no.
Por qué no deberías quitar la grasa del jamón ibérico
-Etiquetar como bellota a tu cerdo debes cumplir el Real Decreto de 2014 que establece una hectárea para cada animal. Además, debe comer bellota el cerdo durante 62 días justo antes de sacrificarlo. Y deben engordar como mínimo 46 kg en esos dos meses
–En TorreAlba Delicatessen y Jamones HR , se duplica la superficie, cada cerdo tiene dos hectáreas durante todo el año y no sólo en montanera, se alimenta del campo y de las bellotas. En una hectárea de dehesa sana puedes contar entre 25 y 30 árboles que dan bellota suficiente para cada cerdo.
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La grasa de la bellota
La bellota contiene energía en forma de grasa, y la particularidad es que contiene mucho ácido oleico, omega 9 sobre todo, aunque también hay 6 y 3. El 60 % de las grasas de la bellota es ácido oleico. Esta grasa insaturada, además de ser saludable, tiene un punto de fusión muy bajo, el jamón por eso es brillante, entre los dedos funde, metes una loncha en la boca y se deshace, el gran secreto de un buen jamón ibérico.
Por eso no se debe quitar la grasa del jamón ibérico de bellota, porque es parte de la esencia. Además, se quitaría sólo la que se ve, la que no se ve, es también necesaria y saludable para nuestro organismo. Un detalle, la bellota que le gusta a este cerdo es la de la encina, que es más dulce.
Una investigación de la Universidad de Oviedo revela que la ingesta de jamón de bellota 100% natural, previene y protege contra los síntomas de colitis ulcerosa
Loncheados Delicatessen TorreAlba
Un nuevo reto para investigadores, nutricionistas y cocineros acaba de surgir en el mundo de la alimentación a raíz de un estudio que revela que la ingesta de jamón de bellota 100 % natural previene y protege contra los síntomas de CU (colitis ulcerosa) y patologías intestinales. Se trata de un estudio liderado por el Dr. Felipe Lombó, doctor en Biología por la Universidad de Oviedo, formado en Standford University, junto a la doctora Beatriz Isabel Redondo, profesora titular en la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense. Una investigación pionera con una conclusión resultante de un proyecto.
El estudio presentado, expone y analiza los resultados obtenidos de este proyecto que supone una nueva concepción del jamón, más allá de lo gastronómico. Un estudio, llevado a cabo a través de ensayos en animales. Un jamón, que además de ser recomendable dentro de una dieta equilibrada por su alto contenido en omega 3, se posiciona como protector de enfermedades inflamatorias intestinales como la colitis ulcerosa.
Escrito por Arantza Ruiz de las Heras, Dietista-Nutricionista, Complejo hospitalario de Navarra
El jamón ibérico posee unas características peculiares que lo hacen irresistible al paladar pero, además, su consumo beneficia al corazón, ya que su perfil de grasas protege contra enfermedades cardiovasculares.
El jamón ibérico sabe mucho mejor y de manera más intensa si se encuentra y se come en una temperatura ambiente, alrededor de los 21ºC y los 24ºC. El sabor untuoso característico y la textura que casi se deshace en el paladar al masticarlo se producen siempre y cuando el jamón no esté a una temperatura baja.
En cuanto a la ración recomendada de consumo de jamón ibérico, en sustitución de otros alimentos de origen cárnico, estaría enmarcada entre los 90 y los 120 gramos. Siempre y cuando la economía lo permite, pues es un producto con un precio elevado, este embutido podría consumirse de dos a tres veces por semana, consiguiendo así sustituir a otras carnes con contenido graso de peor calidad.
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Para degustarlo de la mejor manera posible, se debe tomar solo o acompañado de un poco de pan. En el vaso, un vino tinto o un vino blanco son los mejores compañeros para este manjar. El fino y la manzanilla realzan mucho su sabor.
Algunas recetas con jamón ibérico
El jamón ibérico marida con prácticamente casi todo y las recetas donde podemos encontrar este ingrediente en un lugar privilegiado son muchas, variadas y todas para chuparse los dedos. Algunos ejemplos de estas recetas son:
Tostada de pan con tomate, ajo y jamón ibérico.
Revuelto de gambas, trigueros y jamón ibérico.
Cesta de hojaldre con setas e ibérico.
Ensalada de rúcula, aguacate, tomate y virutas de jamón ibérico.
Alcachofas, cardo o menestra con jamón ibérico.
Croquetas de ibérico.
Pincho de jamón ibérico, queso curado y huevo de codorniz.
Melón con jamón ibérico.
Gazpacho con trocitos de jamón ibérico.
Huevos rotos con jamón ibérico.
Endibias con ibérico y queso.
Puré de calabacín con ibérico tostado.
Escrito por Arantza Ruiz de las Heras, Dietista-Nutricionista, Complejo hospitalario de Navarra
Por qué la carne suelta tanta agua en la satén (y no tiene por qué ser un fraude)
Carnes Selectas HR Criadas en Monte Llén
Los filetes echan a menudo tanto líquido que más que freírse parecen cocerse. Pero no tienen ningún añadido por parte de la industria cárnica. Se debe a factores como el periodo de maduración en cámara, el tipo de corte o a si se congela en casa
Toda la carne que compramos tiene agua. Mucha. Por eso, cuando cocinamos, los filetes sueltan tanto líquido que más que freírlos, a veces tenemos la desagradable sensación de que se están cociendo y que encogen demasiado. Al consumidor le surge entonces la duda de si le han vendido más agua que carne y se siente estafado. Sin embargo, no hay gato por liebre, al menos no de la forma que pensamos. La carne, al ser músculo, ya sea de vaca, ternera, cerdo, cordero o pollo, tiene un alto contenido en agua, entre un 60 y un 80%, sin que el fabricante le haya añadido una pizca.
“Hay muchos factores que intervienen en la cantidad de agua que se desprende de la carne al cocinarla: fundamentalmente, la maduración”, explica Pilar Plans, veterinaria experta en carne de vacuno y autora de ‘Somos lo que comemos’, Editorial Lid (2015).
El proceso de maduración de la canal, es decir, la pieza del animal desangrado y eviscerado, es el que más influye. Antes de que el músculo sea comestible necesita un periodo durante el cual primero aparece el ‘rigor mortis’ y después, poco a poco, los tejidos musculares se contraen y se ablandan. El tiempo mínimo para la ternera, por ejemplo, es de entre unos cinco o siete días, y el máximo, de hasta 50.
Maduración en cámara
La carne, cuanto menos tiempo pase en cámara, será más dura y con menos sabor, además de retener más líquido
En el primer extremo, la carne será más dura y con mayor capacidad de retención de agua, y en el otro tendrá una textura mucho más suave y con menos líquido, pero también con un sabor mucho más fuerte. De hecho, la carne de vaca vieja con un alto grado de maduración ha adquirido mucha popularidad en los últimos años por su ternura y penetrante sabor, y es mucha más cara. Una pieza codiciada por los ‘gourmets’.
Selección Flevick Criado en nuestra finca Monte Llén
“Evidentemente, el proceso de maduración supone un mayor coste para el productor, por lo que cuanto menos tiempo pase la canal en cámara, la carne será de peor calidad”, comenta Pilar Plans. Hay otros factores: “Los animales jóvenes y las hembras contienen más agua que los más viejos, pero no se puede afirmar en absoluto que al consumidor le estén vendiendo una carne que pesa más porque lleva agua”.
La importancia del corte
El tipo de corte también tiene un peso importante, en el caso de la ternera y la vaca, no contienen la misma humedad los filetes de tapa, aguja o cadera que el solomillo.
La tapa, que es un corte de la pierna apreciado para freír por su jugosidad y de donde se extraen los escalopes y escalopines que se rebozan, es el corte que por término medio contiene más cantidad de agua, en torno a un 74%. En cambio, el lomo y el solomillo, que son piezas más nobles, tienen menos cantidad.
Cuando una carne se congela, se forman unos cristales que rompen las microfibras musculares donde las células almacenan el agua de forma natural. Estos cristales son como unas agujas que pinchan estas fibras, liberando más líquido. Las neveras domésticas realizan una congelación lenta, lo que provoca que estos cristales sean mucho más grandes que si esta ha sido realizada de forma industrial por medio de nitrógeno y con aparatos de ultracongelación, que produce unos cristales más pequeños y por tanto un menor desgarro en las fibras.
Hoy queremos explicaros cómo cortar o empezar un buen jamón ibérico de la mejor forma para aprovecharlo al máximo…
Jamones Ibéricos Grupo TorreAlba
Y ahora que ya tenemos nuestro jamón, ¿que más necesitamos?:
Un jamonero
Un cuchillo ancho y fuerte para cortar la corteza
Una puntilla, o cuchillo pequeño, para recortar la carne de los huesos
Un cuchillo jamonero para cortar la lonchas
¿Cómo cortar jamón ibérico?
La primera decisión que debemos tomar es cómo colocar el jamón. Si vamos a consumirlo en pocos días (3 o 4) podemos colocarlo con la pezuña apuntando hacia arriba, de esta forma empezaremos nuestro jamón por la maza. Si vamos a tardar más en consumirlo pondremos nuestro jamón con la pezuña apuntando hacia abajo, para empezar cortando la babilla. Esto es así porque la babilla es la parte más magra del jamón y si lo dejamos para el final y pasan muchos días podemos encontrarnos esta parte demasiado seca. Pero como casi todo en la vida, esto va a gustos.
Desglose o partes del Jamón Ibérico
Ahora que ya tenemos bien puesto nuestro jamón en el jamonero lo primero que debemos hacer, con la ayuda de la puntilla, es realizar un corte alrededor de toda la caña tal. El objetivo es facilitar el corte posterior de la corteza y las lonchas.
Ahora lo siguiente es empezar a cortar la corteza y la grasa amarillenta del exterior con ayuda de nuestro cuchillo ancho y fuerte. Esta operación la podemos hacer de golpe en todo el jamón, si lo pensamos consumir el mismo día, o realizarla cada día a medida que se va consumiendo nuestro jamón. En este último caso guardaremos algunos trozos de grasa para la posterior conservación de nuestro jamón.
Una vez llegamos a la carne podemos empezar a cortar nuestras lonchas. Las lonchas deben ser lo más finas posible, no demasiado grandes (3 o 4 centímetros) y ocupando todo el ancho del jamón. Siempre cortaremos las lonchas desde la pezuña hasta la punta. Seguiremos de esta forma hasta que lleguemos a nuestro primer obstáculo: el hueso de la cadera.
Lo mejor que se puede hacer al llegar a cualquier hueso es, con la ayuda de nuestra puntilla o cuchillo pequeño, realizar un corte alrededor del hueso. De esta forma al realizar el corte en el momento de llegar con el cuchillo al hueso nuestra loncha se desprenderá del jamón con mucha más facilidad.
Jamón Ibérico Delicatessen TorreAlba
Siguiendo con este método iremos cortando lonchas y sorteando huesos con la puntilla hasta llegar al hueso del jamón.
En este punto daremos la vuelta al jamón y seguiremos exactamente igual. Sacaremos la corteza y la grasa y haremos lonchas siguiendo la dirección desde la pezuña hasta la punta. En cuanto nos vayamos encontrando huesos que nos dificulten el corte, cogeremos la puntilla y lo rodearemos.
Y ahora que ya sabéis cómo cortar jamón ibérico, ¿os hace una tapita?
Alba de Yeltes Vitigudino
C/ Amapolas, 72 C/ Santa Ana, 4
37478 (Salamanca) España 37210 (Salamanca)
Los embutidos forman parte de la tradición culinaria española, aportan sabor y color a numerosos platos de cuchara, apetecibles en cualquier época del año, pero sobre todo cuando bajan las temperaturas.
Los embutidos han sido los grandes aliados de nuestros abuelos que los utilizaban, junto a los alimentos del huerto como las patatas y hortalizas, para elaborar un menú completo compuesto por un único plato: cocido madrileño, montañés, o maragato, escudella, migas extremeñas, olla podrida, pote gallego… Platos que reconfortan, y que les aportaban la energía necesaria para desempeñar las labores del campo y resistir el frío del invierno.
Embutidos HR
Los embutidos también se comen crudos, solos o en bocadillo, y son muy socorridos cuando no tenemos tiempo de cocinar, o para llevarlos cuando salimos de excursión. Sin embargo, y precisamente por su elevado contenido en grasas y sal y su gran aporte calórico, estos productos cárnicos se deben consumir con moderación. Te explicamos sus características, su composición nutricional.
¿Qué son los embutidos?
Según el Código Alimentario Español, documento oficial que reúne y define la terminología alimentaria, los embutidos son un tipo de derivado cárnico. Los derivados cárnicos se clasifican en:
Salazones, ahumados y adobados.
Tocinos.
Embutidos, charcutería y fiambres.
Extractos y caldos de carne.
Tripas.
Embutidos HR
La definición de embutidos es aquellos derivados, preparados a partir de las carnes autorizadas, picadas o no, sometidas o no a procesos de curación, adicionadas o no de despojos comestibles y grasas de cerdo, productos vegetales, condimentos y especias, e introducidos en tripas naturales o artificiales.
Tipos de embutidos
Según su principal ingrediente, los embutidos se clasifican en:
Embutidos de carne.
Embutidos de vísceras.
Embutidos de sangre.
Fiambres.
Aunque esta no es la única clasificación posible, y estos productos también se pueden diferenciar según sean: crudos (sin tratamiento térmico), y dentro de los crudos hay frescos y ahumados, o escaldados (cocinados en agua caliente). También se pueden clasificar según si son mezclas de ingredientes o puros, según su consistencia, color, etcétera.
Hay tal cantidad de productos derivados de la carne que, a veces, es difícil saber si nos encontramos ante un embutido o no. Pues bien, el truco está en la parte final de la definición, ya que embutido será aquel producto que esté o haya estado introducido en una tripa.
Los embutidos de pavo son una alternativa saludable con menor cantidad de grasa.
Si nos atenemos a esta característica es un error incluir el jamón serrano en este grupo de alimentos, ya que no se introduce en tripa. El jamón serrano es un derivado cárnico que se encuentra en el grupo de salazones.
Los embutidos de carne más conocidos y consumidos encontramos: chorizo, lomo embuchado, morcón, salchichón, fuet, salchicha, butifarra, sobrasada…
Los embutidos de vísceras a tener en cuenta incluyen la longaniza gallega, la sabadeña, o la salchicha de hígado.
Los embutidos de sangre más representativos son las morcillas y botagueñas.
Los fiambres son un grupo bastante heterogéneo que incluye, por ejemplo, el jamón de York, la mortadela, el chopped, la roulada, la galantina o el chicharrón.
La diferencia, por ejemplo, entre chorizo y longaniza, es el tamaño del diámetro de la tripa. Si es superior a 22 mm será chorizo, si es inferior, longaniza. Con el salchichón y el fuet sucede algo parecido. Si la tripa donde se embute tiene un diámetro mayor de 40 mm tenemos un salchichón y, si es menor, un fuet.
Cular Ibérico HR
Longaniza Ibérica HR
Y solo un apunte respecto a la tripa que sirve de contenedor para todos los ingredientes.
Los expertos en la materia, y aquellos de delicado paladar, prefieren las tripas naturales que provienen principalmente del intestino de cerdos, vacas, ovejas y cabras. Dicen que no interfieren con los sabores de su interior, que se mantienen más jugosas, y que el resultado final es mejor. Y, por supuesto, son comestibles. Estas tripas naturales han de estar bien limpias para poder superar los controles de higiene. Las tripas artificiales se elaboran a partir de celulosa, colágeno y plástico.
Productos Selectos HR
Escrito por Arantza Ruiz de las Heras, Dietista-Nutricionista, Complejo hospitalario de Navarra
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