Curiosidades del cerdo ibérico algunas que posiblemente no sabías y te sorprenderán. El jamón ibérico es el producto estrella de la gastronomía española sin lugar a dudas.

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Es común oír del cerdo, “hasta los andares”
¿Sabes dónde vive el cerdo ibérico o qué comen?
Algunos secretos de esta raza porcina más interesantes, que te ayudarán a entender por qué es tan especial este animal.

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Paladar muy exquisito
Los cerdos ibéricos que pastan en las dehesas, se alimentan a base de bellotas de encinas, alcornoques y quejigos, además de hierbas. No se comen cualquier bellota, son muy selectivos y buscan los alimentos más tiernos que puedan encontrar. De la bellota solo se comen el interior el fruto, la cáscara la desechan.
Raza única
Especie típica y preciada en la Península, se trata de una especie única, procedente del cruce de los cerdos que introdujeron los fenicios con el jabalí, que se ha ido desarrollando en los montes y dehesas de nuestra tierra.

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Las dehesas
Como hemos dicho antes, el cerdo ibérico es una raza única de nuestra península. Habita en las dehesas españolas como Castilla y León, Extremadura y del norte de Andalucía.
Vida muy activa
Lo cierto es que los cerdos ibéricos rara vez paran quietos. Pueden llegar a dar paseos de hasta 20 kilómetros al día en las dehesas, en busca de alimento.
Grandes comilones
Al día, un cerdo ibérico puede comer entre 7 y 9 kilos de bellotas y 1.5 kilo de pastos, beben aproximadamente 40 litros de agua. Estas grandes ingestas de comida ayudan a que el cerdo consiga una proporción ideal entre carne y grasa.
La cría
La cría de esta raza porcina se puede alargar a los 22 meses hasta que alcanzan entre 105 y 180 kilos. Durante estos 22 meses el cerdo ibérico pasa por varias etapas hasta los 22/24 meses La Montanera
De pata negra
Rasgo muy distintivo de esta raza son sus pezuñas, son de color de negro, al igual que su pelaje, que suele ser de color negro o colorado, si se trata de lampiños. Otro aspecto curioso acerca de sus patas es su tobillo, alargado y fino.
El olfato
Los cerdos ibéricos tienen un olfato envidiable. Gracias a él son capaces de encontrar sus alimentos favoritos, incluso enterrados en lo más profundo.
No tiene glándulas sudoríparas
A los cerdos les encanta embadurnarse en el barro, no es porque sean algo guarros, como todos creemos. Sus razones van más allá, los cerdos no sudan porque carecen de glándulas sudoríparas y revolcarse en el barro les ayuda a regular su temperatura corporal y proteger su piel contra el sol o contra insectos.
Ahora ya sabéis algo más de este ejemplar tan curioso, y tan nuestro.